domingo, 10 de agosto de 2008

POEMA ENCADENADO


Te observo
desde el otro lado de las aguas del olvido.


Te olvido,
o al menos olvidarte intento;
te miro a hurtadillas
traicionando el propósito de mi alma.


Mi alma,
saturada de tu recuerdo
y falta de tus palabras,
que se plasma silenciosa en la ansiedad de mis ojos.


Mis ojos,
que hambrientos buscan posarse en su objetivo.
Luceros secos
que extrañan tanto como odian tu presencia.


Tu presencia,
complicado problema metafísico,
ausente motor de mi desdicha y mi gozo,
presencia preñada de aparente soledad.


Soledad,
soledad tuya, soledad nuestra,
y mía más que nunca cuando estás
pesado lastre de un alma que no puede liberarse.


Liberarme,
eso quisiera, mi vida, liberarme de ti, de mí, de todo,
respirar sol y viento en una tierra nueva,
compañera del amor, sí, mas nunca su cautiva.



3-octubre-2002

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